jueves, enero 10

La continuidad del tiempo




El tiempo, problema grande de la metafísica, no se detiene. Anoche y hoy, me he desvelado escribiendo con un buen amigo, hermano (el famoso trompetista de color) algún texto literario. Ahora, ahora que ha pasado el tiempo siento como el cansar de mis ojos se mantiene presente pero no me deja dormir. Al desvelarme he sentido cosas, conocidas, pero nuevas cada vez.
Para comenzar, desde el momento que uno tiene la idea que no dormirá el cuerpo genera unas respuestas para mantener la actividad, uno fuma, toma café pero algo más natural ocurre: la idiotez. La idiotez es un buen remedio para mantenerse despierto. El idiota sólo hace idioteces y se mantiene divertido en su tontería. Así pasaron algunas horas, entre breves lapsos de idiotez y escritura empedernida. En algún momento el cuerpo anuncia que se cansa y tiende a bostezar y a hacer otros gestos de sueño. Pero el ímpetu de continuar nos obliga a mantenernos despiertos. La continuidad de la música diversa, la frustración, la diversión, el porno, todo. Han pasado largas horas y me hallo muy cansado. Tal vez este post no diga nada en realidad y quede muy vago. Cuando mis dedos no se cansen tanto de escribir continuaré. O no.


Canción repetida en esa noche:

1 comentario:

rodrigo yllaric dijo...

Y sin embargo, gracias a esa casi subconsciencia, las palabras fluyen como nunca y los poemas se manifiestan en su totalidad por cualquier lugar.
Yo tampoco puedo dormir.
A mí también me pesan los dedos.
Yo me he demorado media hora en escribir este diminuto comment porque mis manos se estorban.