miércoles, mayo 28

Autorretrato


Hoy noté, tal vez con cierto desengaño y amargura, que lo más importante de mi vida no ha sucedido aún. Que mis descubrimientos ontológicos, y odontológicos, no sucederán sino hasta una madurez biológica nada racional ni filosófica. Debo esperar que mis células envejezcan, se vuelvan negras y cambien de forma y lugar. Y eso sólo pasará con el tiempo, que es lento y aburrido. A pesar que haya ya hecho parte de mi tesis de explicación global, que ya haya trabajado mi conciencia y modificado mis intereses hacia esta. A pesar que sienta que muchas cosas ya no revisaré, ya no tendré que hurgar más en ellas y están sepultadas en una caja que dice: “con argumentos suficientes para matar a cualquier detractor”. A pesar de todo ello estoy casi seguro que todo cambiará, que un día llegaré al registro gnoseológico de mi cerebro con kerosene y un cigarrillo encendido y lo quemaré todo, cada milímetro de papel neuronal. Estoy seguro que la vida se asegurará de ponérmela difícil, de alterar la felicidad momentánea para hacerme caer como niño que no sabe montar bicicleta y no estoy tan seguro de si aprenderé de esas caídas o sólo serán caídas. Sólo sé que con o sin experiencias vitales (llámese: muerte de un amigo, vida con la novia, muerte de un padre, accidente casi-mortal, adicción severa a algún estupefaciente, cambio de carrera, cambio de filósofo favorito, cambio de plato favorito, cambio de libro favorito, incendio en mi biblioteca, hijo no deseado o perdida del micro favorito.) todo mi sistema y su estructura que intento entender cambiará, me pregunto entonces si vale la pena hurgar en esa estructura compleja compuesta de palabras, semántica pero más que nada incongruencias, huecos y cristales enormes que dan a un jardín chino, con cerezos y gente que juega al go.

lunes, mayo 26

Me gustan las chinas




Me gustan las chinas porque son bastante lindas, en verdad me gustan las japonesas, por sus caras largas y sonrisas grandes. Me gustan. Y me gustan en videos pornos, ahí también son buenas. Me gustan más aún en faldas de colegialas cachondas, colegialas sedientas de sexo y llenas de inocencia.

Pero más que eso, me gusta lo oriental pues, de un modo que no comprendo y jamás haré, tienen una delicadeza por las cosas, un entendimiento del fino orden cósmico. Una conciencia por la unión con el todo que nosotros desconocemos. Y tal vez sea que nuestra ignorancia de esta apreciosación la que nos lleva a ser tan diferentes a ellos.

Me gusta eso de los orientales, pues bajo ese criterio admiran a sus mujeres y así les hace el amor.

sábado, mayo 17

Es toda gris

La ciudad de Lima me produce esa sensación de eterno vacío e incomprensión, en esas tardes todas grises que se repiten todo el invierno, y en como va cambiando de tonalidad el color del cielo y de los edificios viejos. Esa sensación de terrible amargura en el fondo de la garganta y nada la hace salir. Quizá por eso la amo tanto, no podría de otro modo creo.

Mirando la ciudad algo apagada, alrededor de las cuatro y media de la mañana, enciendo una droga psicoactiva en una pipa casi rúnica, y me pregunto seriamente que está pasando. Me pregunto por ejemplo por el tiempo y la variación de los colores antes que termine de amanecer, uno nunca puede observarlo con claridad. Miro la punta de mis pies y me apoyo en la ventana, gris, se asoman las luces de los faros de la calle, luego se apagan y dejo de pensar.

Siento a veces que ese vacío, esa contracultura que lleva a pensar Lima está mal. Que hace daño caer en el dilema idiota de la existencia y su estructura derruida, pienso que es de idiotas darle tanta importancia al color de la tarde y a la llovizna, idiota el que le de demasiada importancia a tu sonrisa y al color del cielo hoy dia. Idiotas todos ellos, idiotas todos los hombres que habitan en mi pecho.

Lo más interesante ocurre siempre después, cuando después de olvidarlo todo, uno vuelve a ver el cielo.

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domingo, mayo 11

Gata




Me pregunto que es un felino sino un animal que se encaramela, que seduce y enmaraña.
Su finalidad como animal es el asombro del reflejo. El reflejo de nuestro morbo, nuestra oscura pasión por el placer y la ligera sensación de vagueza, de vagos, de gatos.

Por eso he besado gatos, y he acariciado sus espaldas, mejor dicho, he besado gatas y he acariciado sus espaldas, sus sosténes.

Entre alcohol y eufemismos y demoniácas interpretaciones de personajes vagabundos, Vanessa, Scarlet, Manuel, Eneas. Juegan una partida de corazones en Microsoft, en softcore.

Lámeme la oreja cuando quieras, hedonista de mierda, como yo.

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lunes, mayo 5

Postmoderno

Realmente vale totamente la pena, sólo entren al link y disfruten de algo bastante extraño.

http://www.aooa.co.uk/


Es un juego bastante bueno, y raro. Eso principalmente.

domingo, mayo 4

Mundo

"Fumones juegan mundo con niños de la calle"

El juego exige siempre una habilidad de bailarín de ballet chino, especialmente con recuadros tan pequeños. Los fumones juegan felices el juego y de pronto aperecen dos niños que ya se habían cruzado antes. Uno, con un cachorro, pidió dinero y el otro vendió cigarrillos. Como es posible que un niño de menos de diez años me venda cigarrillos. Llegaron y vieron jugar a los fumones, se rieron primero y luego comentaron. Luego jugaron con ellos. Pero ellos no sabían jugar, uno de los muchachos le intento enseñar repetidas veces a él y a su hermano, inseguridad en ese dato. Ellos no aprendieron a hacerlo sino hasta después de un rato.

Uno de los niños pidió le cuiden su caja con cigarrillos y productos golosinarios.

El otro silbaba mucho.

Fue extraño, si uno piensa verdaderamente lo fue. La sucesión de hechos y posibilidades surgieron de modo que dos niños de la calle se encontraron con algunos fumones. Y la pasaron bien.