jueves, febrero 21

Revelado



Me he enterado, hoy, de un par de muchachos que se separán en una semana. Ellos han decidido usar esa semana de la manera más sabia posible. Comerse, abrirse, revelarse tal como si se tratase de una fotografía, en blanco y negro claro.

Primero irán a tomar café, conversarán sobre música, sobre cine, sobre arte en general, luego sobre novios, novias, amigos, reuniones, drogas, sobre ellos mismos, sobre sus vidas, sus carreras, sus sueños, sus dramas, sus angustías, sus fobias, sus amores, tú me gustas, sí, tú también. Muchísimo.

Irán después a una exposición de arte, verán una película, la comentarán, saldrán a conversar al parque, se meterán a las piletas, saldrán empapados y empapados él le dirá: estás linda, ella lo mirará sonreirá y lo besará largamente. Irán a la casa de ella, se secarán y tomarán té caliente, ella hará sanguchitos de algo muy simple y comerán mientras se reíen de chistes tontos y propios.

En el día, mientras no estén juntos, pensarán en el otro, y cuando puedan mandarán un mensaje de texto con alguna frase retorcida como: Ya amaneció mi cocodrilo verde puedes ver el sol y las estrellas en tu brazo que están pintadas justo allí, donde descansas. Cuando se encuentren más tarde se dirán todo esto entre ellos. Luego, cuando vayan a ver una película a la casa de él, la mirarán tranquilos y entre besos largos confesarán agonías del pasado, agonías dulces y lamentables. Ella llorará y le confesará que no quiere que se vaya, él la mirará y entre una o dos lágrimas le prometerá que tomará una foto para ella cuando no esté, una por semana. Así logrará un documento fotográfico especial: la nostalgia está en papel kodak, se llamará.

Cuando paseen en un auto, él la llevará a conocer un lugar especial, dónde solía drogarme y escribir, tomar fotos y beber, amar y callar. Ella dulcemente lo abrazará y luego harán el amor suavemente. La pasión que se tienen quedará impresa en unas marcas que ella imprimirá en los muslos de él, él no podrá olvidarlas porque les tomó una foto. La pasión quedará en todo aquello que no digan y que sólo se comenten entre silencios y al oído. Luego de hacer el amor, conversarán, ella desnuda sobre él y en ese momento, justo allí, como si el amor, el sudor, la música que suena fueran un químico para revelar ellos se irán revelando. Podran ver, entre los intersticios, aquello que uno nunca muestra, aquello que con celos ha guardado para sí, tal vez temeroso tal vez egoísta. Eres hermosa, nunca creí pasar tiempo con alguien así.

Cuando no lo noten habrá pasado una semana y él le pedirá que no vaya a despedirlo al aeropuerto, ella, intrigante como ella sola, irá de todos modos, y de lejos le tomará una foto. Notará después que en aquella foto se distingue la figura de un muchacho que tiene un polo que dice: "soy un cocodrilo verde", un muchacho con lágrimas en los ojos, que fuma un cigarrillo sentado en su maleta. Tomará la foto y se irá escuchando alguna canción triste, mirando la ciudad en aguacero.









[la fotografía es de Larry Clark, sólo por si a alguien le interesa]

5 comentarios:

Aeme dijo...

me quito el sombrero, la cabeza, y me arrodillo ante ti zen.

Anónimo dijo...

muY BUENA FOTOGRAFIA, INCREIBLE EL CUENTO, Y MAS CUANDO ME INTRODISCO EN TUS DESEOS

Yien dijo...

Es tan fácil imaginar lo que escribes, que hasta una lágrima resbaló por mi mejilla.
Me encanta

Aeme dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
songsforthedeaf dijo...

me gusta :)