No soporto
lo que ocurre bajo mi piel,
menos aún en mi cabeza.
A cada momento
una pared
es incrustada por un cenicero
que hace las veces
de mi ser, una saeta.
Invoco a la implosión y al vacío
a que me lleven lejos
del centro de mi mismo
y quizás entonces
perdonarme y olvidarme.
martes, noviembre 16
domingo, noviembre 14
jueves, noviembre 11
Al orden de las saetas
andarán
tus ejércitos emplumados al viento
de color domingo.
Marchando sobre la tierra del olvidado.
Acompasados,
por los himnos más violentos
que no dejan de ser
los más sensuales,
avanzan
como una bruma
que no se deja ver
y sugiere
que ya nada
puede suceder.
No podría estar más equivocado.
andarán
tus ejércitos emplumados al viento
de color domingo.
Marchando sobre la tierra del olvidado.
Acompasados,
por los himnos más violentos
que no dejan de ser
los más sensuales,
avanzan
como una bruma
que no se deja ver
y sugiere
que ya nada
puede suceder.
No podría estar más equivocado.
Re-publico este poema viejo, por que hoy no podría tener más vigencia.
¿Cuántos conocen
cómo surge en tu memoria
esa imagen borrosa
de un hombre y una mujer
entre sombras y campanas?
Quizá sea ese ojo que mantienes abierto cuando duermes.
O el sonido de la sábana y tus piernas.
En la sombra de tu cama se ha dibujado
un portal triangular.
¿Has soñado,
últimamente,
con caballos?
¿Cuántos conocen
cómo surge en tu memoria
esa imagen borrosa
de un hombre y una mujer
entre sombras y campanas?
Quizá sea ese ojo que mantienes abierto cuando duermes.
O el sonido de la sábana y tus piernas.
En la sombra de tu cama se ha dibujado
un portal triangular.
¿Has soñado,
últimamente,
con caballos?
martes, noviembre 9
Circular
Si mis manos
no me sometiesen
a ese ritmo de los versos
más danzantes o,
por qué no admitirlo con tristeza
más cansinos,
podría, quizá,
olvidar que habito
el intersticio de tus muelas,
y gaviotas,
dónde los deseos
se funden con los versos.
no me sometiesen
a ese ritmo de los versos
más danzantes o,
por qué no admitirlo con tristeza
más cansinos,
podría, quizá,
olvidar que habito
el intersticio de tus muelas,
y gaviotas,
dónde los deseos
se funden con los versos.
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