Dejen de reptar las paredes,
y aléjense
de la frontera.
Regresen
a las cuevas rojas
y olorosas
dónde nacen
sus hermanos amarillos.
Quiero que una noche
no despierte
siempre inquieto
por el ruido de sus patas
en mi techo
y amanecer
por fin sin su presencia,
amanecer
solo con tus ojos-sol.
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