jueves, marzo 27

Celuloide


Como si se tratase de la mejor película de Sofia Coppola, y la mejor fotografía de Kubrick. Algún tipo de magia estaba sucediendo y una o dos sustancias psicoactivas rondaban las venas. Por la ventana la ciudad se veía alargada, rectangular; como una pantalla de cine.

Los colores, las texturas eran de películas específicas, muy específicas. Los cortes tenían ascendencia directa con un director preciso. El guión también estaba ligado a algo muy particular.

La gracias, sin embargo, no habitaba en que se tratara de una sola película sino en la multiplicidad de películas que en su conjugación formasen esta, una película de culto asombrosa y misteriosa. Poco a poco la escena se volvió escena de aquellas películas dónde la tragedia y la comedia se han mezclado de tal modo que han creado mil y un mitos urbanos sobre los cuales los cinéfilos conjeturan sus más elaboradas tesis de café o cigarrillo nocturno.

Y en esta película podemos ver dos personajes, una muchacha con ojos amplios y sonrisa hermosa, un muchacho delgado con cabello alborotado. Su historia es aquella que en las películas involucra una magia sin igual y tan fortuita que sólo la risa y el asombro pueden llenar el vacío que deja la incomprensión. Se preguntan si están en una película, se dan cuenta que lo sea o no, nada podría estar mejor.


3 comentarios:

Aeme dijo...

que preciosa película es tu vida.

otroél dijo...

bajo los efectos estupefacientes de la marivillosa mariguana.

MaríaCristina dijo...

Rodrigo, es tan verdad, todo lo que nos rodea es una película con la imagen en el encuadre que debe, no crees?


conversemos de esto con esos puchos que tienes,