miércoles, enero 13

Los cientos de destellos atravesaron el automóvil y se lleno de luz. Bet se quedó estático allí adentro, con las manos apretando el volante. Su pie había dejado de presionar el acelerador, pero no lo había notado. Le costó más de un segundo dejar de mirar, entre los destellos, la figura de esa muchacha alejándose.

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