lunes, diciembre 15

Fragmento de "Los Gatos"


Las luces azules iluminaron las calles, la quietud de domingo quedó entrecortada por los pasos del muchacho más pequeño. Los policías lo persiguieron casi diez cuadras, pero lo perdieron de vista luego, la calle quedaba otra vez en silencio.

El cabello rubio y la barba rala se iluminaban apenas con la luz de un poste de luz, el resto de su cuerpo quedaba en la sombra. Se levantó sudado, pasó sus manos por el rostro, peinó su cabello con una peineta roja y quitóse la chaqueta. Silbó pero no recibió mensaje de vuelta, trató una nueva combinación de silbidos pero nada sucedió. Caminó de vuelta a la ribera lentamente, prendió un cigarrillo y al terminar cada cuadra se quedaba escondido en el espacio oscuro que se trazaba entre la luz de cada poste. Al llegar a la ribera pudo oír el río, se sintió arrullado y recordó que no podía volver a casa. Escogió un callejón al azar y durmió tras un basurero.

Un olor extraño inundaba el callejón, un olor sintético y agudo como de disolvente o polímero. Eso fue lo primero que pensó al despertar.


Henry A. Rubens

2 comentarios:

rodrigo yllaric dijo...

qué tal un café en la tapa, mañana, con la tardecita*?

*tardecita: dícese del estadío temporal hallado entre las 5 y las 7 pm.

Fabiana Pérez dijo...

me encanto, sos muy bueno escribiendo. Yo escribo a veces, pero casi siempre solo cuando me enamoro. Saludos :)