martes, septiembre 16

El fin de Babel en cuatro haikus


Enormes muros
ocultan la torre a
los desdichados.

Una puerta con
dos guardianes dorados
cierra la ciudad.

Una llave y
un carcelero huyen
como fantasmas.

La ira de Dios
no conoce porvenir
ni oye clamor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

los haikus están excelentes y lo sabes mariquita... y el aliento a borges...puf!

tiene buen vuelo tu poema.


ya nos vemos. avísame si el viernes nos juntamos a por un vino.